Canasta alimentaria ¿Qué es y cómo afecta la variación de los precios de sus productos a la sociedad mexicana?
Cuahutli Alberto Cruz Belmont
Coordinador General de Investigación del Laboratorio de Geoestadística.
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco
Karen Lizbeth Ramírez González
Estudiante de la licenciatura en Economía
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco
La presente investigación aclara la relación conceptual entre la canasta alimentaria y la Línea de Pobreza Extrema por Ingreso, así como los posibles efectos de las variaciones de los precios de la canasta alimentaria sobre las familias mexicanas. La evidencia muestra que estructuralmente la proporción del gasto por grandes rubros tiene importantes diferencias según el decil de ingreso al que pertenece cada familia, lo cual constituye un indicio sobre que ciertos hogares son más vulnerables a las variaciones de los precios de los alimentos.
Introducción
En México, la canasta alimentaria es un indicador clave para medir la pobreza extrema, ya que representa el costo mínimo necesario para cubrir los requerimientos nutricionales esenciales (CONEVAL, s.f.). De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER, 2019), la Canasta Básica Alimentaria (CBA) establece los alimentos esenciales para la subsistencia y el bienestar de los hogares, además de servir como un criterio para identificar a las familias en condiciones de pobreza extrema.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL, s.f.) define la canasta alimentaria como “el conjunto de alimentos cuyo valor sirve para construir la línea de bienestar mínimo”, determinada con base en los patrones de consumo de la población. Su importancia radica en que permite establecer umbrales de pobreza extrema por ingresos y diseñar políticas públicas enfocadas en reducir la inseguridad alimentaria.
Según la FAO (2020), garantizar el acceso a una canasta alimentaria adecuada es fundamental para la seguridad alimentaria y nutricional. Sin embargo, la variación en los precios de los alimentos puede afectar de manera diferenciada a los hogares, dependiendo de su nivel de ingresos y su ubicación geográfica. En este contexto, es fundamental analizar cómo la inflación en productos básicos impacta la calidad de vida de las familias mexicanas.
Este artículo de divulgación se compone de tres secciones y estas líneas sirven de introducción. En la primera sección, se describe brevemente el concepto de la canasta alimentaria, además, se analizan la composición y diferencias en el costo de la canasta entre zonas urbanas y rurales. En la segunda sección, se muestra la composición por grandes rubros del gasto en los hogares mexicanos, intentando deducir de aquí los posibles efectos de las variaciones en los precios de los alimentos sobre los diferentes niveles de ingresos. Finalmente, se presentarán recomendaciones para mejorar la accesibilidad y equidad en el consumo de alimentos esenciales en el país.
Composición y costo de la canasta alimentaria rural y urbana
La composición de la canasta alimentaria se basa en los patrones de consumo de los hogares mexicanos. Para determinarla se utiliza la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), que proporciona información sobre los hábitos de consumo y los precios de los productos que la integran (INEGI, 2018). Por su parte el CONEVAL nos dice que la canasta alimentaria incluye alimentos básicos como cereales, leguminosas, frutas y verduras, alimentos de origen animal, lácteos, aceites y grasas, azúcares, y otros productos esenciales que cubren los requerimientos nutricionales mínimos establecidos.(CONEVAL, 2025)
La selección de estos productos se realiza considerando un Estrato Poblacional de Referencia (EPR), lo que permite diferenciar entre zonas urbanas y rurales. Esta diferenciación es clave, ya que los hábitos alimenticios y la disponibilidad de productos varían según la región. (INEGI, 2018).
El costo de la canasta alimentaria varía significativamente entre las zonas rurales y urbanas, lo cual se presume impacta el acceso a los alimentos y a una buena nutrición para toda la población mexicana. Las variaciones de los precios responden a factores estacionales y a la volatilidad de los mercados internacionales. En algunos periodos, los costos de ciertos productos pueden elevarse significativamente debido a condiciones climáticas adversas, interrupciones en la cadena de suministro o cambios en la demanda global.
Según el CONEVAL (2025), entre enero de 2024 y enero de 2025, la canasta alimentaria en zonas urbanas aumentó un 1.6 %, pasando de $2,328.59 a $2,366.33 pesos (véase Tabla 1). En contraste, en zonas rurales se registró una ligera disminución del 0.2 %, de $1,798.56 a $1,795.77 pesos. Esto sugiere que las subidas en los precios de los alimentos podrían tener un efecto diferenciado en el acceso a éste tipo productos en las áreas urbanas y rurales.
Tabla 1. Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (Canasta Alimentaria) para lugares de residencia rurales y urbanos a precios corrientes en México, enero 2025.

Nota: El apartado de “Otros” corresponde a los desayunos, comidas y cenas consumidos fuera del hogar, según lo especificado por el CONEVAL.
Fuente: Elaborado por el equipo del Laboratorio Geoestadístico, UAM-X con datos de CONEVAL recuperado de: https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Paginas/Lineas-de-Pobreza-por-Ingresos.aspx
Como podemos observar, en términos generales el gasto monetario por producto varía según el lugar de residencia (véase Tabla 1). Por ejemplo, en las zonas rurales, el maíz representa el 9.4% del gasto total mensual por persona (véase Gráfica 1), mientras que en las zonas urbanas este porcentaje es menor, con un 4.1% (véase Gráfica 2). En contraste, el trigo tiene un mayor peso en las ciudades, donde el gasto promedio destinado a este producto es del 7.1%, frente al 5.8% en áreas rurales. Otro aspecto relevante es el gasto en alimentos consumidos fuera del hogar, agrupado en la categoría “otros” dentro de la canasta alimentaria. Este rubro tiene una incidencia considerable en el costo total de la alimentación y muestra diferencias significativas entre zonas urbanas y rurales.
En las ciudades, el consumo de alimentos preparados representa el 35.8% del gasto total en alimentación, mientras que en las comunidades rurales este porcentaje es menor, con un 25.8%. Esta diferencia puede explicarse por factores como el tiempo disponible para preparar alimentos en casa y las dinámicas laborales. En contextos urbanos, donde los traslados y las jornadas de trabajo suelen ser más largas, es más común recurrir a la compra de alimentos listos para el consumo. En cambio, en las zonas rurales, la oferta de este tipo de servicios es más limitada, lo que contribuye a que el gasto en alimentos preparados sea menor.
Gráfica 1. Distribución porcentual de la Canasta Básica Alimentaria como indicador indirecto para la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (rural) en Méixco, enero 2025.

Nota: El apartado de “Otros” corresponde a los desayunos, comidas y cenas consumidos fuera del hogar, según lo especificado por el CONEVAL.
Los rubros marcados con número representan: 1) Tubérculos crudos o frescos, 2) alimentos preparados para consumir en casa, 3) aceites, 4) carne de cerdo, 5) carnes procesadas, 6) azúcar y mieles, 8) carnes procesadas de aves, 9) arroz y 10) derivados de la leche.
Fuente: Elaborado por el equipo del Laboratorio Geoestadístico, UAM-X con datos de CONEVAL recuperado de: https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Paginas/Lineas-de-Pobreza-por-Ingresos.aspx
Gráfica 2. Distribución porcentual de la Canasta Básica Alimentaria como indicador indirecto para la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos (urbana) en México, enero 2025.

Nota: El apartado de “Otros” corresponde a los desayunos, comidas y cenas consumidos fuera del hogar, según lo especificado por el CONEVAL.
Los rubros marcados con un número representan: 1) Tubérculos crudos o frescos, 2) alimentos preparados para consumir en casa, 3) queso, 4) carnes procesadas de aves, 5) pescado fresco, 6) aceites, 7) derivados de la leche, 8) otros cereales, 9) pescados procesados, 10) azúcar y mieles y 11) arroz.
Fuente: Elaborado por el equipo del Laboratorio Geoestadístico, UAM-X con datos de CONEVAL recuperado de: https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Paginas/Lineas-de-Pobreza-por-Ingresos.aspx
Composición del gasto corriente monetario por decil de ingreso en México
Según la ENIGH (INEGI, 2022) el gasto corriente monetario tiene 9 grandes rubros: alimentos, vestido y calzado, vivienda, limpieza, salud, transporte, educación y esparcimiento, personales y transferencia de gasto. Estos rubros reflejan las principales necesidades y compromisos financieros de las familias en general. Sin embargo, si consideramos a los hogares por el nivel de su ingreso monetario podemos conocer cómo incide la distribución del ingreso en el acceso a los distintos satisfactores por la vía del mercado.
Todas las familias destinan una parte de sus ingresos a cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda y transporte, etcétera, pero la proporción asignada a cada rubro cambia según el ingreso monetario corriente de los hogares. Estas diferencias en la estructura del gasto reflejan no solo el acceso a mejores condiciones de vida, sino también las limitaciones que enfrentan los distintos deciles para ejercer su soberanía individual en el mercado.
Un estudio realizado por el equipo del Laboratorio Geoestadístico haciendo uso de microdatos de la ENIGH 2022 muestra diferencias en la composición del gasto según el nivel de ingreso. Por ejemplo, los hogares que pertenecen al decil l destinan la mayor parte de su gasto a alimentos, el cual representa el 51.1% de su gasto total (Véase Gráfica 3). Este porcentaje refleja la prioridad de cubrir necesidades básicas en familias de menores ingresos y a su vez, la vulnerabilidad económica de estos hogares donde la mitad de sus ingresos se destinan a cubrir la canasta alimentaria. Además, estos resultados muestran la importancia de políticas públicas que garanticen el acceso a alimentos asequibles y nutritivos para los hogares más desfavorecidos.
Gráfica 3. Distribución porcentual del gasto corriente monetario por grandes rubros para el decil I en México.

Fuente: Elaborado por el equipo del Laboratorio Geoestadístico, UAM-X con datos de la ENIGH 2022 . Recuperado de: https://en.www.inegi.org.mx/programas/enigh/nc/2022/
Por otro lado, la distribución del gasto en el decil X nos muestra un patrón de consumo más diversificado y equilibrado en comparación con el decil l (véase Gráfica 4). Los alimentos, aunque siguen siendo un rubro importante, representan para estos hogares sólo el 28.3% de su gasto total. Esto indica que los hogares de mayores ingresos tienen una mayor capacidad para destinar recursos a otras necesidades.
Gráfica 4. Distribución porcentual del gasto corriente monetario por grandes rubros para el decil X en México.

Fuente: Elaborado por el equipo del Laboratorio Geoestadístico, UAM-X con datos de la ENIGH 2022 recuperado de: https://en.www.inegi.org.mx/programas/enigh/nc/2022/
Para los hogares de menores ingresos, la canasta alimentaria no es solo una prioridad, sino que representa un gasto que define su capacidad para adquirir otros bienes y servicios en el mercado como salud y educación, o su capacidad de ahorro. La alimentación junto con el transporte consumen la mayor parte de sus recursos (63.4 %), dejando poco espacio para pensar en otro tipo de satisfactores. En el otro extremo, los hogares de mayores ingresos viven una realidad distinta: la alimentación, aunque importante, no domina su presupuesto. Esto les permite mirar más allá de lo inmediato, invirtiendo en aquello que construye oportunidades y bienestar a largo plazo. Así, la canasta alimentaria no solo considera lo que comemos y sirve para nutrirnos, sino que también traza una línea entre quienes están en condiciones de subsistencia y quienes pueden proyectarse hacia un futuro más estable y próspero.
Esta disparidad en la composición del gasto revela cómo la canasta alimentaria se convierte en un eje central que permite conocer qué hogares son más vulnerables en razón a sus ingresos monetarios. Como podemos observar la composición del gasto por sus grandes rubros muestra las dificultades de los hogares de los deciles I, II, III para nutrirse adecuadamente y poder acceder por la vía del mercado a los otros satisfactores como la vivienda, salud o educación. En los deciles II y III, el gasto en alimentos representa 48.7% y 46.4%, respectivamente.
La concentración del ingreso en los deciles más altos deja en evidencia la urgencia de políticas públicas que reduzcan la vulnerabilidad de los sectores más desfavorecidos garantizando acceso equitativo a alimentación, educación, salud para cerrar la brecha entre ambos extremos socioeconómicos
Los patrones de consumo reflejan las prioridades y limitaciones económicas de las familias (véase Gráfica 5). Al comparar estos datos con los análisis del decil I y X, se observa cómo las diferencias en los niveles de ingreso condicionan no solo la cantidad de recursos disponibles, sino también la forma en que estos se asignan. Esta gráfica nos permite entender cómo los hogares distribuyen sus gastos en rubros esenciales y no esenciales, y cómo estas decisiones impactan su calidad de vida.
El rubro más significativo en el gasto corriente monetario es alimentos, bebidas y tabaco, con un 37.7% (véase Gráfica 5). Este dato no sorprende ya que la alimentación es una necesidad básica, sin embargo, como vimos en el decil I supera por casi 15 puntos porcentuales el gasto nacional en este rubro. Mientras, en el decil X este porcentaje está al menos 10% por debajo del gasto corriente en alimentos.
Gráfica 5. Distribución porcentual de los grandes rubros del Gasto corriente Monetario en México 2022

Fuente: Elaborado por el equipo del Laboratorio Geoestadístico, UAM-X con datos de la ENIGH 2022 recuperado de: https://en.www.inegi.org.mx/programas/enigh/nc/2022/
La desigualdad en el consumo y el acceso a los alimentos requiere de políticas públicas integrales para ser abordado. Es fundamental que el gobierno y las instituciones responsables implementen estrategias que no solo mitiguen los efectos de los aumentos de precios, sino que también promuevan el desarrollo económico y social de los hogares más vulnerables.
Recomendaciones de políticas públicas:
Para garantizar el acceso equitativo a la canasta alimentaria y reducir la proporción del gasto destinado a la alimentación para los hogares con menores ingresos, es fundamental implementar políticas públicas que atiendan tanto las diferencias de costos entre zonas rurales y urbanas como las desigualdades económicas estructurales. Se proponen las siguientes:
- 1. Fortalecimiento de Programas de Apoyo Alimentario: Es necesario ampliar y optimizar programas de transferencias directas y subsidios para la adquisición de alimentos básicos, especialmente dirigidos a los hogares del decil I, que destinan un porcentaje significativamente mayor de su ingreso a la alimentación. Programas como vales de alimentos, mercados comunitarios con precios regulados y apoyo a comedores comunitarios pueden mitigar el impacto del alto costo de la canasta alimentaria. En México, existe una iniciativa llamada “Alimentación para el Bienestar” cuyo objetivo principal es garantizar que toda la población tenga acceso a alimentos sanos y nutritivos. Además, busca consolidar la seguridad alimentaria en México, mejorar la calidad de vida de la población y fomentar un desarrollo más sostenible en el sector agroalimentario. (Gobierno de México, 2025)
- 2. Regulación y Transparencia en la Formación de Precios: Dado que los precios de los productos de la canasta alimentaria están sujetos a variaciones estacionales y volatilidad del mercado, se recomienda establecer mecanismos de monitoreo y regulación que prevengan especulaciones y garanticen estabilidad en el costo de los alimentos. La creación de observatorios de precios con información accesible al público puede contribuir a una mayor transparencia y eficiencia en la toma de decisiones de consumo.
- 3. Revisión de la Política Fiscal sobre Alimentos Básicos: Es recomendable evaluar el impacto de impuestos y subsidios sobre los alimentos esenciales de la canasta alimentaria. La reducción de impuestos a productos básicos y la implementación de subsidios focalizados pueden mejorar el poder adquisitivo de los hogares de menores ingresos, asegurando que destinen un menor porcentaje de su ingreso a la compra de alimentos esenciales. La FAO (2020) recomienda políticas integrales que incluyan el fortalecimiento de los sistemas alimentarios locales, la promoción de la agricultura sostenible y el acceso a mercados justos para los pequeños productores. Estas medidas no solo mejorarían la seguridad alimentaria, sino que también contribuirían a reducir las desigualdades económicas y sociales y la generación de empleos mejor remunerados.
Glosario de los 9 Grandes Rubros (INEGI, 2022).
- Alimentos, bebidas y tabaco: Comprende el gasto en productos alimenticios y bebidas adquiridos para el consumo en el hogar, así como el tabaco y otros productos derivados.
- Vestido y calzado: Incluye el gasto en prendas de vestir, calzado y accesorios para todos los miembros del hogar.
- Vivienda: Considere el pago de alquiler, mantenimiento del hogar, servicios de agua, electricidad, gas doméstico y otros costos relacionados con la vivienda.
- Limpieza y cuidados del hogar: Agrupa los gastos en productos de limpieza, utensilios de aseo y otros bienes destinados al mantenimiento del hogar.
- Salud: Incluye los gastos en consultas médicas, medicamentos, seguros de salud y otros servicios relacionados con la atención médica.
- Transporte: Contempla los gastos en transporte público y privado, combustibles, mantenimiento de vehículos y servicios de comunicación, como telefonía e internet.
- Educación y esparcimiento: Comprende los pagos por inscripciones, colegiaturas, materiales escolares, así como actividades recreativas, deportivas y culturales.
- Cuidados personales: Incluye el gasto en productos de higiene personal, cosméticos, servicios de peluquería y otros cuidados personales.
- Transferencias de gastos: Considera pagos como remesas, donaciones, seguros, intereses y otros egresos no clasificados en los rubros anteriores.
Referencias
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL)(2025). Líneas de Pobreza por Ingresos, enero 2025. Recuperado de: https://www.coneval.org.mx/Medicion/Documents/Lineas_de_Pobreza_por_Ingresos/Lineas_de_Pobreza_por_Ingresos_ene_2025.pdf
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). (s.f). Glosario. Recuperado de: https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Paginas/Lineas-de-Pobreza-por-Ingresos.aspx?fbclid=IwY2xjawIkW7BleHRuA2FlbQIxMAABHUFuq_CKFw_zjPCgHZqBi1k6zHBNuqjY7g3pHn-61FHj5fK55D9r4BCHDQ_aem_JlKjO0PhcEk3QeVsMS0gVg
FAO. (2020). El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo. Recuperado de https://openknowledge.fao.org/server/api/core/bitstreams/d226ffb1-3e74-43be-aa8b-1d6e5c0
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Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2022). Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares Estacional 2022 (ENIGH-E): Descripción de la base de datos. Recuperado de: https://www.inegi.org.mx/contenidos/productos/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/nueva_estruc/889463912866.pdf
Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural. (2023). La Canasta Básica: ¿Qué es y para qué sirve? Gobierno de México. Recuperado de: https://www.gob.mx/agricultura/articulos/la-canasta-basica-que-es-y-para-que-sirve-189256
Bases de Datos
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2022). Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022 (ENIGH 2022). Recuperado de: https://www.inegi.org.mx/programas/enigh/nc/2022/
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